La Psicología de la delincuencia tiene entre sus principales ámbitos de interés la explicación del comportamiento antisocial, en donde son relevantes las teorías del aprendizaje, los análisis de las características y rasgos individuales, las hipótesis tensión-agresión, los estudios sobre vinculación social y delito, y los análisis sobre carreras delictivas. Este último sector, también denominado ‘criminología del desarrollo’, investiga la relación que guardan con el inicio y mantenimiento de la actividad criminal diversos factores o predictores de riesgo (individual, familiar, socio-ambientales).
Francisco García Escalero nace un 24 de Mayo de 1954 en Madrid, criado en una zona de chabolas cercanas al cementerio de la Almudena, dándose la primera variable socio-ambiental, vivir en un entorno Marginal, donde posiblemente existiese la aprobación cultural y social de la violencia.
Este asesino serial tiene casi todas las principales variables personales/individuales de riesgo en el inicio de la delincuencia, rendimiento académico deficiente, bajo nivel cultural, conductas antisociales, irresponsabilidad y escaso autocontrol, baja tolerancia a la frustración, malos tratos y desatención severa en la infancia, trastornos psicológicos y de comportamiento, dificultad para expresar afecto, poca motivación de logro, accesibilidad al consumo de alcohol/drogas, etc... Escalero disfrutaba paseando por los nichos de noche y pronto afloraron sus impulsos suicidad lanzándose a los coches.
Las variables familiares tampoco son muy alentadoras, hijo de padres agricultores con poco nivel cultural, el matamendigos vivió bajo una disciplina basada en el castigo, con escasa demanda y bajas expectativas sobre él, escasa preocupación por el rendimiento escolar, falta de comunicación, rechazo, violencia familiar, etc.
Todos estos factores hacen que con 14 años Francisco García Escalero abandone su casa, comience a ingerir alcohol y a cometer pequeños delitos para subsistir, el robo de una motocicleta lo lleva a un reformatorio, y al salir comete su primer delito de importancia, la violación de una mujer, en presencia de su novio, en los alrededores del cementerio que le vio nacer, siendo condenado a 12 años de prisión.
Durante su internamiento, ningún psiquiatra detecta ninguna enfermedad mental, ni siquiera cuando a este recluso le encantaba tener pájaros muertos en su celda, ni tampoco después de tatuarse todo el cuerpo con frases tan significativas como: "Naciste para sufrir". García Escalero en el aspecto psiquiátrico, empieza a sufrir alucinaciones auditivas, una serie de voces que le empujaban según el a "...hacer cosas raras, me pedían que matara a gente, y me obligaban a ir a los cementerios...".
Es en 1987 cuando García Escalero comienza a hacerse un hueco en la crónica negra de nuestro país, convirtiéndose en un asesino en serie de tipo desorganizado, carente de un coeficiente intelectual alto, comete sus crímenes impulsivamente, mata cuando quiera que la oportunidad surja, contadas veces se molesta en deshacerse del cuerpo, dejándolo en el mismo lugar en que encontró a la víctima. Usualmente llevan a cabo ataques "sorpresa", asaltando a sus víctimas sin previo aviso, y típicamente ejecutarán rituales que creen necesarios hacer, una vez que la víctima esté muerta (por ejemplo; necrofilia, mutilación, canibalismo, etc.). A menudo son personas insociables, teniendo pocos amigos, y pueden tener un historial de problemas mentales y ser referidos por sus conocidos como excéntricos o hasta "un poco extraño". Tienen poca consciencia sobre sus crímenes y puede que bloqueen los recuerdos de sus asesinatos.
María Paula Martínez, su primera víctima, era una prostituta conocida en la calle Capitán Haya de Madrid como Meli contaba con 30 años cuando se cruzó con Escalero, su cuerpo apareció, calcinado y decapitado unos días más tarde en las afueras de San Fernando de Henares, su cabeza aun sigue desaparecida, García Escalero manifestó "No sé si estaba en un sueño, o fue algo que me pasó por la cabeza, no lo recuerdo".
Los crímenes se sucedían e iba aumentado la brutalidad de los mismos. García Escalero cose los cuerpos a cuchilladas por la espalda, les machaca el cráneo con piedras o los decapita sin más, a algunos incluso les saca las vísceras o el corazón con una navaja "Las voces se ríen de mí. Me dicen que quieren sangre, entonces le saque el corazón y mordí un trozo". Posteriormente, para borrar el rastro, quemaba lo que quedaba de los cadáveres y les cortaba las yemas de los dedos.
A la vez que asesinaba, la combinaba con actos de necrofilia, profanando las tumbas de los cementerios. De vez en cuando saltaba las tapias del cementerio de la Almudena y rompía algún nicho, sacaba los cuerpos de la fosa y abusaba de ellos sexualmente.
Ángel, un compañero de calle, apareció con el cuello parcialmente diseccionado y con las yemas de los dedos amputadas. A los dos meses, es Julio, otro indigente, esta vez de 65 años, el que aparece con el cuerpo lleno de cuchilladas y calcinado y el pene amputado. Cinco cadáveres más aparecieron durante ese periodo.
Por otros motivos, Francisco terminó ingresado en el Hospital Psiquiátrico Alonso Vega, del que salió huyendo acompañado de Víctor Luis Criado, también interno en el mismo. Cuarenta y ocho horas después, es localizado muerto, con el cráneo hundido quemado con papeles y mantas junto a la Iglesia de los Sagrados Corazones.
Francisco continuó escuchando las voces que le animaban a matar, y en esta ocasión, decide suicidarse de la manera en que lo intentó tantas veces de niño: tirándose encima de un coche. Una vez en el hospital, confiesa sus crímenes a las enfermeras y les suplica que le detengan porque no quería seguir matando.
En su primera confesión, aparecieron 11 asesinatos. A medida que los interrogatorios se sucedían, el número comenzaba a crecer, hasta llegar a 15, dicha confesión la efectuó en el hospital penitenciario de Carabanchel. La policía estaba presente. García Escalero reconoció ante los agentes que había decapitado a una prostituta, aplastado la cabeza de una anciana, apuñalado a un vagabundo en el Retiro y a un travesti en Barcelona. Los crímenes del transexual y de una de las mujeres los cometió junto con otro mendigo: Ángel Serrano. Una colaboración a la que Francisco García Escalero daría punto final en 1992. El cadáver de Serrano fue descubierto también con el cráneo aplastado.
Escalero confesó que que había arrojado las victimas a un pozo, los huesos de dos esqueletos salieron a la luz.
Fue juzgado en febrero de 1995, en la Sección Primera de la Audiencia Nacional, a dicho juicio asistió como testigo Ernesta de la Oca, una limosnera a la que Escalero y El Rubio acorralaron en un Sevenleven de la avenida de América, la arrastraron a la calle ante la mirada indiferente del guardia de seguridad y violaron en un descampado. La golpearon hasta que creyeron que estaba muerta. La mujer compareció en el juicio con el rostro cosido a navajazos y pedradas. "No me dejaban. Me tocaban como en un juego de imaginación. Les movía como una potencia". "Si quieres matarla, mátala", recuerda Ernesta que le dijo Escalero a El Rubio con displicencia mientras fumaba un cigarrillo y contemplaba la tortura.
El informe médico forense de Francisco García Escalero, conocido como el «mendigo asesino», señaló que en los momentos en que cometía los crímenes su estado era de enajenación mental que anulaba sus facultades para poder autodeterminarse en libertad por lo que, desde el punto de vista médico, se dan los requisitos para poder apreciar una «anulación de su imputabilidad en esos hechos».
Escalero se encuentra actualmente en el psiquiátrico penitenciario de Fontcalent (Alicante). Instituciones Penitenciarias no permite hablar con él. Sólo el tribunal tiene noticias suyas: cada seis meses recibe un informe sobre su evolución.
Fue juzgado en febrero de 1995, en la Sección Primera de la Audiencia Nacional, a dicho juicio asistió como testigo Ernesta de la Oca, una limosnera a la que Escalero y El Rubio acorralaron en un Sevenleven de la avenida de América, la arrastraron a la calle ante la mirada indiferente del guardia de seguridad y violaron en un descampado. La golpearon hasta que creyeron que estaba muerta. La mujer compareció en el juicio con el rostro cosido a navajazos y pedradas. "No me dejaban. Me tocaban como en un juego de imaginación. Les movía como una potencia". "Si quieres matarla, mátala", recuerda Ernesta que le dijo Escalero a El Rubio con displicencia mientras fumaba un cigarrillo y contemplaba la tortura.
El informe médico forense de Francisco García Escalero, conocido como el «mendigo asesino», señaló que en los momentos en que cometía los crímenes su estado era de enajenación mental que anulaba sus facultades para poder autodeterminarse en libertad por lo que, desde el punto de vista médico, se dan los requisitos para poder apreciar una «anulación de su imputabilidad en esos hechos».
Escalero se encuentra actualmente en el psiquiátrico penitenciario de Fontcalent (Alicante). Instituciones Penitenciarias no permite hablar con él. Sólo el tribunal tiene noticias suyas: cada seis meses recibe un informe sobre su evolución.
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